Colombia declaró el estado de emergencia y lanzó una ofensiva militar contra militantes de izquierda después de la violencia que mató a más de 100 personas y amenazó el proceso de paz. Los disturbios se han extendido a tres departamentos y han desplazado a 20.000 personas, provocados por una guerra de milicias vinculada al tráfico de cocaína. El gobierno del presidente Gustav Petros enfrenta grandes desafíos.
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